Mapas con estilo «metro» para moverse a pie. No son pocas las ciudades españolas que han optado por este modelo de movilidad a pie sostenible entre los barrios de sus ciudades, inspirado en el modelo de ciudad de los 15 minutos.
Cada vez más ciudades españolas están adoptando una forma original y, sobre todo, visualmente atractiva de fomentar la movilidad peatonal: los mapas tipo “metro” adaptados al entorno urbano. En pocas palabras, cartelería diseñada inspirándonos en los planos de transporte público. Estos mapas traducen las calles y distancias reales en líneas de colores y estaciones, convirtiendo los trayectos a pie en una opción clara, accesible y sostenible.
Qué es un metrominuto
El concepto de metrominuto surgió como una herramienta gráfica que representa los desplazamientos a pie por la ciudad con un estilo muy similar al de un plano de metro. En lugar de trenes o autobuses, los trayectos entre «estaciones» se recorren caminando, y cada línea indica el tiempo estimado a pie entre puntos clave. Y tiene mucho sentido: ahora verás por qué.
El objetivo es doble: ofrecer información y cambiar la percepción del espacio urbano. Muchas veces, las personas tienden a sobreestimar las distancias o a pensar que ciertos trayectos solo son viables en coche o transporte público. Al ver que ir de una plaza a un parque o de una biblioteca a un mercado lleva 7 u 8 minutos andando, se rompen esas barreras mentales.
Además, se trata de una herramienta de bajo coste y alto impacto que se alinea con políticas de movilidad sostenible y mejora de la calidad del aire.
La movilidad a pie en Pamplona, Cadiz y otras ciudades
Pamplona fue una de las primeras ciudades españolas en apostar por el metrominuto. Su mapa, impulsado por el área de Ecología Urbana, se inspiró directamente en iniciativas como la de Pontevedra —referente en movilidad a pie— y adaptó el diseño a las características de su casco urbano. En él, se muestran conexiones entre lugares emblemáticos como la estación de autobuses, el casco viejo o el campus universitario, con tiempos estimados para recorrerlos caminando.
En Cádiz, el ayuntamiento lanzó su propio mapa en colaboración con asociaciones locales, conectando puntos como el mercado central, las playas urbanas y centros de salud. El diseño incluye también referencias culturales, fomentando tanto la movilidad diaria como el turismo a pie.
Otras ciudades han seguido pasos similares:
- Pontevedra, pionera en movilidad peatonal, convirtió su centro urbano en una referencia libre de coches, apoyado por mapas similares.
- Huesca también ha lanzado su propio metrominuto como parte de su plan de movilidad urbana sostenible.
- En Madrid, algunos distritos como Centro o Chamberí han experimentado con versiones simplificadas para fomentar rutas escolares seguras o desplazamientos interbarrios; Barcelona, también cuenta con una señalización urbana privilegiada que informa de rutas y tiempos para complementar información a pie de calle con servicios de transporte público.
Qué hace tan efectivos estos planos
El éxito de los mapas tipo metro reside en su capacidad para comunicar de forma simple y visual.
- Reducen la complejidad del plano urbano a un lenguaje comprensible para cualquier persona, con líneas rectas, colores diferenciados y estimaciones temporales claras.
- Además, transforman la experiencia urbana: caminar deja de ser un «plan B» y se convierte en una opción prioritaria. La percepción del entorno cambia, y se refuerza la idea de una ciudad pensada para las personas y no solo para los vehículos.
- El apoyo institucional ha sido importante para continuar promoviendo este tipo de iniciativas, que ya gozan de acogida internacional.
Movilidad (a pie) con impacto directo
Fomentar los desplazamientos y la movilidad a pie tiene consecuencias tangibles: disminuye las emisiones contaminantes, mejora la salud pública a través del ejercicio diario y refuerza la vida en los barrios al favorecer el comercio local y el encuentro entre vecinos. De igual modo, complementa un gran número de desplazamientos que muchas veces no requieren ni se benefician de forma directa (el tiempo es similar) del uso del transporte urbano.
En cualquier caso, y por encima del resto de puntos, frente a las grandes infraestructuras, los metrominutos son una solución sencilla que transforma la forma en que nos movemos por la ciudad. Una pequeña revolución gráfica, con (muchos) efectos reales.
