Los jardines verticales se han convertido en elementos transformadores en numerosas ciudades alrededor del mundo, aportando beneficios estéticos, ambientales y sociales. Sin embargo, pocos ayuntamientos han invertido en una infraestructura pública obvia: las paradas de autobús.
Son una solución innovadora para mejorar la calidad del aire, reducir el efecto «isla de calor» de las ciudades y embellecer los entornos urbanos más poblados del planeta. Por estas razones, algunas ciudades ya han comenzado a experimentar con la idea, potenciando los jardines verticales en las marquesinas de los autobuses, estaciones de tren y otros espacios para la movilidad urbana.
Jardines verticales urbanos
Las ciudades se enfrentan a desafíos ambientales cada vez mayores: contaminación del aire, aumento de las temperaturas urbanas y pérdida de espacios verdes. Como respuesta a estos problemas, los jardines verticales son una solución efectiva para integrar naturaleza en entornos densamente edificados.
Estos sistemas no solo embellecen los edificios, sino que también contribuyen a la regulación térmica, permiten absorber contaminantes y promueven la biodiversidad en entornos difíciles de modificar en el corto plazo.
Algunos de los ejemplos más representativos incluyen:
- CaixaForum (Madrid, España), que cuenta con un icónico jardín vertical, diseñado por el botánico Patrick Blanc de 15.000 plantas de 250 especies. Hoy, es un referente de la arquitectura verde europea. Más allá de la estética, ayuda a reducir el ruido y mejora la calidad del aire en la zona.
- Bosco Verticale (Milán, Italia). La ciudad italiana no solo está abriendo calles, sino que también está cubriendo zonas residenciales con naturaleza verde. En este caso, 900 árboles y 2.000 plantas en dos torres residenciales que proporciona un hábitat para aves e insectos, fomentando la biodiversidad urbana.
- One Central Park (Sídney, Australia). Un rascacielos cubierto de vegetación que incorpora sistemas de riego sostenible y paneles solares, demostrando que la arquitectura y la sostenibilidad pueden ir de la mano sin comprometer la funcionalidad.
Paradas de autobús que se vuelven verdes
A pesar del impacto positivo de los jardines verticales, su integración en el transporte público todavía es limitada. Sin embargo, algunas ciudades han dado ya los primeros pasos, como Utretch (Países Bajos), Leicester y Derby (Reino Unido), mientras que Newcastle, Sunderland, Oxford, and Glasgow están en proceso de integrar las famosas Bee Bus Stops.
- En el caso de Utrecht, la ciudad ha transformado más de 300 paradas de autobús en pequeños jardines en los techos de sus marquesinas. Jardines verticales que no solo mejoran el paisaje urbano, sino que también ofrecen refugio para polinizadores como abejas y mariposas y reducen el calor de la ciudad.
- A su vez, el Reino Unido ha potenciado las bee bus stops (paradas de bus de abejas), que cuentan con techos verdes diseñadas para atraer insectos polinizadores. Una iniciativa enfocada en mitigar la pérdida de biodiversidad en entornos urbanos y concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de los ecosistemas naturales.
Estos ejemplos son una evidencia clara de cómo el transporte público puede ser sostenible y, a la vez, una plataforma clave para la expansión de la infraestructura verde en las ciudades.
Apostar por jardines verticales
La integración de vegetación en el transporte público ofrece beneficios claros. Los jardines verticales urbanos consiguen:
- Mejor calidad del aire: las plantas filtran contaminantes y producen oxígeno.
- Menos calor urbano: la vegetación reduce la temperatura y mitiga el efecto isla de calor.
- Más biodiversidad, siendo refugio para insectos polinizadores y pequeños animales urbanos.
- Mejor estética y bienestar: los entornos naturales mejoran la salud y la experiencia de los ciudadanos.
Los jardines verticales han transformado edificios y zonas urbanas, pero aún queda camino por recorrer. En este sentido, las marquesinas y estaciones jugarán un papel clave en la construcción de ciudades más sostenibles, reduciendo su impacto ambiental y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. La pregunta es: ¿qué ciudad será la siguiente en sumarse al cambio?
Foto: Bee Bus Stops