Si no hay avances, retrocedemos. Y esto es lo que parece que ocurre con el medio ambiente, pese a las superproducciones de Hollywood y el activismo que va conquistando las calles y nos recuerda un nudo en la garganta. Un nudo que tratamos de ignorar, pese a que cada vez nos cuesta respirar un poquito más.
Se podrán decir muchas cosas, pero no que hayan faltado voces alertando del cambio climático. Entre los ejemplos más recientes, el “¿Cómo se atreven?” de Greta Thunberg, la activista sueca, en el emotivo discurso que pronunció en 2019. Un alegato muy parecido al de una menos recordada Sever Cullis…
Fue (en) la Cumbre de la Tierra de 1992
Hace más de 30 años, en la Cumbre de Rio de Janeiro, una joven canadiense dio la primera conferencia climática de la historia ante los grandes líderes de las Naciones Unidas.
Severn Cullis-Suzuki es y será la niña que silenció al mundo.
Frente a los líderes, delegados, empresarios y organizadores del evento, se plantó una niña de 12 años. Durante los seis minutos en los que compartió sus miedos y angustias, la ONU enmudeció.
Cullis-Suzuki ayudó a conseguir la promesa ,por parte de todos los países, para implicarse en temas de salud, medioambiente, biodiversidad y desarrollo sostenible. La Cumbre de la Tierra llevó al gran público el problema de la capa de ozono, la extinción masiva de especies, la huella hídrica o la deforestación.
En su discurso, la canadiense habló sobre dejar de mirar hacia otro lado, responsabilizarse, unir a las naciones ante un problema global y empezar a poner fin a la desigualdad entre ricos y pobres.
“He soñado con ver manadas de animales salvajes, selvas y bosques lluviosos repletos de aves y mariposas, pero ahora me pregunto si existirán para que mis hijos los vean.”
Severn Cullis (1992)
Este grito, desesperado, se repetía en 2019: esta vez, fue Greta.
De la conciencia a la lucha climática
Hoy, las últimas entrevistas a Severn Cullis transmiten paz en la lectura de una tormenta perfecta: la falta de acuerdos y acciones de los gobiernos mundiales, la esperanza de las generaciones más jóvenes.
Las preguntas de ambas mujeres permanecen sin respuesta. En una entrevista para Eldiario.es de 2019 se recogían tres de ellas:
- ¿Por qué seguimos sin actuar?
- ¿Por qué hemos ido en la dirección opuesta?
- ¿Por qué dejamos de intentar cambiar las cosas?
Quizá, por esta razón, el discurso de Greta Thunberg fue más breve, conciso y exacto: “sabemos lo que hay que hacer, y no les perdonaremos si siguen mirando hacia otro lado”.
Cullis-Suzuki señala que el cambio climático está teniendo efectos psicológicos en todos nosotros, sobre todo, en los más jóvenes, quienes ven aumentar sus responsabilidades medioambientales y, a la vez, lidiar con las consecuencias de un fenómeno que nos supera a todos como individuos.
Hipotecar el futuro: justicia entre generaciones
Por esto, la activista y ecóloga señala la importancia de combatir el burnout o el síndrome de fatiga por compasión, así como apoyar las movilizaciones y el papel de los más jóvenes en la lucha climática.
Severn Cullis, hoy madre, afirma que, si tuviera la oportunidad de volver a hablar en la ONU, sintetizaría el mensaje con las siguientes palabras: “No heredamos la tierra de nuestros padres. La tomamos prestada de nuestros hijos. Hemos basado nuestra sociedad el crecimiento económico de forma irresponsable.”

Severn Cullis
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