La gente sigue yendo a trabajar en coche. El porqué lo dicen los datos

En 2008 (¡2008!), un estudio de la economista Maria Gutiérrez-Domènech señalaba que uno de los principales problemas del transporte público era el tiempo dedicado frente al privado, así como el coste añadido. En otras palabras, ir a trabajar en coche seguía siendo más rentable. ¿Y hoy día?

Me atrae mucho volver a un documento que casi ha cumplido 15 años (¿Cuánto cuesta ir al trabajo? El coste en tiempo y en dinero), porque sus conclusiones siguen siendo relevantes: algo que podríamos considerar un fracaso parcial, por lo menos.

¿Cuánto cuesta ir a trabajar en coche?

El estudio de Gutiérrez-Domènech mostraba varios datos muy interesantes sobre ir a trabajar en coche:

  • Señalaba que un trabajador español, de media, dedicaba 57 minutos diarios, 27-28 minutos por trayecto, a desplazarse al trabajo (un coste de 8 euros al día, en ese momento)
  • Las diferencias geográficas afectaban al tiempo y al coste: en Barcelona y Madrid, suponía 12,2 y 11,9 euros, respectivamente
  • De igual modo, el transporte público se traducía en 40 minutos más de tiempo de espera y 4,7 euros diarios extra
  • Por último, en ese momento, el tiempo de desplazamiento suponía unas pérdidas de un 3,5 % del PIB español, menor calidad de vida y peor rendimiento económico

Por descontado, hablamos de un análisis parcial (¿se sumaron gastos de mantenimiento del transporte privado, por ejemplo?, ¿Cuál es el tiempo extra para desplazarse en grandes ciudades?, ¿a qué otros aspectos afecta ir a trabajar en coche?), pero nos ilustra un tema con gran impacto personal en la vida diaria y en el bolsillo de los trabajadores.

En 2024, tardamos (y pagamos) todavía más

Los problemas vinculados al transporte no han dejado de crecer. En el ámbito privado, ir a trabajar en coche sigue siendo más eficaz en medias y largas distancias, mientras que las grandes ciudades han conseguido fidelizar a los usuarios en trayectos de corta distancia, principalmente, según un análisis publicado en La Vanguardia. En ciudades europeas, esta diferencia se reduce (Londres, París), mientras que otros municipios españoles más pequeños todavía se quedan más cortos, como Valencia, Sevilla, Málaga o Zaragoza.

Según El Diario de Sevilla, los desplazamientos en coche hacen que nos “cabreemos” más (aquí el estudio), pero no siempre contamos con opciones realistas para usar el transporte público (o que no supongan mucho más tiempo o, directamente, sean imposibles de llevar a cabo por falta de servicio).

Desde el estudio que os citaba arriba, en España, se ha ido incrementando el tiempo de viaje de forma constante. ¡Y las cifras tienen en cuenta el 16 % que va en transporte público y el 12 % que lo hace en bicicleta! Sin embargo, un colosal 50 % (según Eurostat) lo sigue haciendo en transporte privado.

Tenemos datos, conocemos las causas

Si nos metemos en este jardín, podemos hablar de causas varias: trabajo en polígonos industriales, especificidad, condiciones socioeconómicas… El problema de fondo parece el mismo que hace dos décadas: si vas a trabajar en coche, tardas menos que en transporte público. (Por descontado, el transporte público tiene otras muchas ventajas, pero el tiempo es algo que todos valoramos.)

El RACC, además, avisaba, este mismo año, de la saturación de las líneas de autobús y de los trenes, desde los corredores ferroviarios más importantes, en hora punta. También de las principales demandas de los usuarios: paradas más cercanas, mayor frecuencia.

¿Se han mejorado los servicios en los últimos 20 años? Por supuesto. ¿Podemos mejorar más? Sin duda, y la tecnología big data será clave.

El informe de Gutiérrez-Domènech me resulta tan interesante porque apuntaba las mismas conclusiones que se siguen debatiendo hoy:

  • optimizar los costes de desplazamiento
  • y establecer políticas que reduzcan el tiempo de viaje y el transporte público eficiente para un impacto positivo.

Es evidente que hemos avanzado en transporte de corta y media distancia, pero nos queda un largo trayecto para que estas políticas tengan efectos reales más allá de las grandes ciudades, tanto en lo que se refiere a las áreas metropolitanas como a los viajes de media y larga distancia.

1 comentario en “La gente sigue yendo a trabajar en coche. El porqué lo dicen los datos”

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