Los Kiss & Go quieren acabar con los atascos en las zonas de colegios. Una solución mejor sería optar por transporte sostenible

Los Kiss & Go quieren acabar con los atascos en las zonas de colegios. Una solución mejor sería optar por transporte sostenible

La estrategia de los Kiss & Go para aliviar los atascos en las entradas de los colegios, parece acercarse más a un parche puntual que a una verdadera solución de movilidad sostenible.

Los problemas de tráfico en las zonas escolares son una constante en todas las grandes ciudades. Para intentar reducir los atascos y agilizar la movilidad en las entradas de los colegios, han surgido iniciativas como los Kiss & Go o Kiss & Ride (Beso y adiós, puede leerse en algunso carteles), que son espacios destinados a que los padres puedan detenerse brevemente, dejar a sus hijos y continuar su camino sin necesidad de aparcar.

Por descontado, esta opción reduce los tiempos de parada y, por lo tanto, la congestión de las zonas escolares. Sin embargo, no todo el mundo ve este modelo con buenos ojos. En muchos casos, ha despertado críticas debido a que contribuye a mantener la congestión del tráfico en vez de reducirla. ¿Es realmente una solución efectiva o es necesario apostar por alternativas más sostenibles?

Cómo funcionan los Kiss & Go

El modelo del Kiss & Go, de inspiración anglosajona, se ha implantado ya en diferentes ciudades españolas con el objetivo de:

  • minimizar el estacionamiento en doble fila
  • facilitar el acceso a los centros educativos

En teoría, si todos los conductores respetan las normas, los atascos deberían reducirse significativamente.

Los Kiss & Go son zonas de parada rápida situadas en las inmediaciones de los colegios, donde los conductores pueden detenerse unos segundos para que los niños bajen del vehículo de manera rápida y segura. La clave de su funcionamiento es la fluidez: no están diseñados para estacionar, sino para mantener un flujo continuo de vehículos.

A pesar de este planteamiento, de la teoría a la práctica va un trecho. La implantación de los Kiss & Go ha generado críticas: entre las principales, se señala que, a menudo, esta estrategia no agiliza el tráfico, pero sí concentra muchísimos coches en un mismo punto y durante una franja de tiempo reducida.

¿Y en qué se traduce? Atascos, contaminación y mayor riesgo. Además, si las infraestructuras para la movilidad viaria son limitadas, puede afectar a vecinos, bicicletas y residentes.

«Besito y juí»

Ante la expansión de los Kiss & Go, algunas localidades han optado por adaptar el concepto a su propia realidad. El caso más llamativo lo tenemos en la Línea de la Concepción (Cádiz, Andalucía), donde se ha introducido una variante con mensajes en dialecto andaluz: el «Besito y juí».

Según la concejal de Movilidad Urbana, Raquel Ñeco, el tono informal permite entenderse mejor, generar una opción adaptada al contexto e incluso reivindicar la lengua propia. Este tipo de iniciativas buscan una mayor cercanía con los ciudadanos, generando una identidad propia y una mejor aceptación de la norma.

Más allá de la señalización, estos proyectos ponen de manifiesto la importancia de combinar diseño, urbanismo y comunicación para gestionar mejor la movilidad escolar.

Alternativas más sostenibles

El fomento del vehículo privado, no obstante, resulta extraña tras las primeras décadas del siglo XXI, puesto que no consigue reducir la congestión en los entornos escolares de forma más efectiva y sostenible. Un cambio de hábitos que puede ayudar a generar conciencia en la población joven a través de otras sistemas de transporte.

La mayoría de las críticas se apresuran a señalar tres:

  • Transporte público escolar, que incentive el uso de autobuses escolares para reducir el número de coches en circulación y mejorar la seguridad vial.
  • Movilidad activa, que promueva el uso de la bicicleta o caminar hasta el colegio. Una opción viable, en muchos casos, que no solo disminuye el tráfico, sino que también aporta beneficios en salud y autonomía infantil.
  • Si bien resulta menos viable en las ciudades, las zonas de estacionamiento alejadas (Park & Ride) con transporte colectivo permiten establecer puntos de estacionamiento a cierta distancia del colegio y conectar con transporte público o lanzaderas.

Si bien los Kiss & Go pueden ser un primer paso en la estrategia para aliviar atascos en las zonas escolares, priorizar el vehículo privado por encima de alternativas sostenibles no debería ni puede ser una solución real. Principalmente, debido a que perpetúa el problema del tráfico y la contaminación en las ciudades.

Optar por estrategias de movilidad más amplias, que incluyan el transporte público, la movilidad activa y la reducción de la dependencia del coche, será clave para construir entornos escolares más accesibles y menos congestionados. La solución no está en gestionar mejor los atascos, sino en evitarlos desde la raíz.

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