“Dices no a las calles escolares peatonales… hasta que ves a tus hijos jugar seguros. Y entonces, todo cambia”. El otro día en LinkedIn, leí esta frase de Maite Peris, que resume algo que vivimos cada curso escolar: colegios rodeados de coches, ruido, prisas, estrés… Entornos que hemos normalizado en las ciudades… hasta que vemos que otras opciones son posibles.
La peatonalización de entornos escolares ha demostrado en ciudades como París, Milán y Barcelona que no es una moda, sino una transformación necesaria: donde se ha aplicado, los beneficios son tangibles, desde una mayor seguridad vial y aire más limpio a espacios para jugar, correr o socializar.
Beneficios reales y ejemplos en Barcelona
Barcelona ha sido pionera en dar espacio a peatones y reducir tráfico mediante iniciativas como las supermanzanas. Según Salvador Rueda, creador del modelo, estas intervenciones han permitido liberar hasta un 70 % del espacio público antes ocupado por coches, reducción del tráfico rodado en torno al 15 %, mejores espacios verdes, menos contaminación sonora y atmosférica, así como una mayor cohesión social entre vecinos.
Una necesidad histórica de la ciudad condal que, poco a poco, ha conseguido alcanzar mínimos históricos, pero que sigue lejos de los objetivos de la Agenda 2030. Varios programas públicos han estimado que extender las supermanzanas por toda la ciudad evitaría cerca de 700 muertes prematuras al año por enfermedades relacionadas con la polución.
Estos cambios también benefician especialmente a los entornos escolares:
- calles más seguras frente al tráfico,
- mayor espacio de juego
- y desplazamientos a pie o en bicicleta más agradables para familias.
El papel del transporte público y la señalética inteligente
Capmar ofrece herramientas clave para apoyar estas transformaciones:
- Capmar Demand: un sistema de transporte a la demanda que permite ofrecer rutas flexibles donde las rutas fijas no resultan viables. Los usuarios pueden solicitar el servicio desde la parada, y el sistema ajusta trayectos y tiempos de llegada, informando al usuario en la pantalla de la parada. Esta función da confianza a las personas y familias que dependen del transporte público para llevar o recoger a niños al colegio.
- Información en tiempo real: paradas digitales solares, pantallas, señalética clara que muestran tiempos estimados de llegada, posibles retrasos o rutas alternativas. Gracias a estas funciones, desplazarse sin coche sea más seguro, predecible y cómodo: elementos muy valorados en los entornos escolares.
Desde el canal Metropoli Barcelona, se denunciaba cómo algunos proyectos de peatonalización, como la supermanzana de Consell de Cent, encontraban nuevos problemas entre patinetes, bicicletas y vehículos de carga y descarga. Una prueba más de que peatonalizar las calles va más allá de retirar el tráfico de vehículos, sino que implica reestructurar las dinámicas urbanas y de movimiento.
En pocas palabras, peatonalizar las calles alrededor de colegios no implica cerrarlas, sino coordinar transporte público eficiente, señalética clara, servicios adaptados al ritmo de las familias. Gracias a ejemplos como las supermanzanas de Barcelona, queda claro que estos cambios son viables, incluso deseados por la ciudadanía, y que no requieren reiniciar la ciudad de cero, sino reorganizarla con empatía.



